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Agosto 9, 2005

Diseñar la ciencia inteligentemente

Normalmente, no participo en las acciones aleatorias de Bomba-Google, pero opino este de “diseño inteligente”. No puedes llamar este la “ciencia”, porque en realidad no es de acuerdo con la definición de ciencia. Si es adecuado o no que se enseñe en las escuelas públicas o se exhiba en los museos respectibles, el diseño inteligente todavía es la pseudociencia.

Ahora, antes de alguien pierda la calma y proclame que soy ateo, déjame decir que no descartar la pseudociencia automaticamente: los varios tipos de la teoría de cuerdas me fascinan mucho, por ejemplo. Sin embargo, yo todavía no creería que es el hecho.

La creencia puede ser compatible con la ciencia, aún como la teoria de evolución deja la posibilidad de que Dios empece todos. Cuando discutimos el principio de tiempo, es claro que mucha filosofía entre en juego, porque el principio siempre precedería cualquier parte de la historia científica. Pero no podemos guardar ciegamente la conjetura que surge de las ilusiones. Este tipo de filosofía tiene sólo ese: la ilusión de que no hay nada más para enterarse de nuestro mundo.

Gracias a Neil Turner por la primicia.

Febrero 24, 2005

La razón triunfa

Este es por la que nosotros liberales son liberales:

Remember James Watt, President Ronald Reagan’s first secretary of the interior? My favorite online environmental journal, the ever-engaging Grist, reminded us recently of how James Watt told the U.S. Congress that protecting natural resources was unimportant in light of the imminent return of Jesus Christ. In public testimony he said, “after the last tree is felled, Christ will come back.”

Beltway elites snickered. The press corps didn’t know what he was talking about. But James Watt was serious. So were his compatriots out across the country. They are the people who believe the Bible is literally true — one-third of the American electorate, if a recent Gallup poll is accurate. In this past election several million good and decent citizens went to the polls believing in the rapture index.

Mi traducción muy malo:

¿Te recuerdes James Watt, el primero secretario interior del Presidente Ronald Reagan? La jornada en línea del medio ambiente más favorita a mí, el Grist siempre provocativo, nos recordó recientemente en que James Watt dijo al Congreso de los EEUU que no es importante que guardemos los recursos naturales en vista de la vuelta inminente de Jesús Cristo. En el testimonio público dijo: «después de se tale el último arbol, el Cristo volverá.»

Los elites del Beltway se rieron. La prensa no sabían lo sobre que dijo. Pero James Watt estaba serioso. También estaba sus compatriotas de todo el país. Son la gente que creen que la Biblia es literalmente verdadero — un tercio del electorado estadounidense, si es exacto una encuesta reciente de Gallup. En la votación pasado, varios millones de cuidadanos buenos y decentes acudieron a las urnas, creyendo en el indice del arrobamiento.

(Continuir a leer el editorial, una revelación de verdad por Bill Moyers.)

Gracias por Khoi V?nh por la primicia hace un ratito. (A propósito, todavía no puedo resolver su nombre de pila usando el alfabeto vietnamita. Yo podría resolver su apellido fácilmente.)

Diciembre 24, 2004

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Wired News tiene un editorial por Adam Penenberg (en inglés), criticando lo normal de la prensa llamado el “embargo”:

… information is passed on to reporters with the understanding that they can’t publish anything on it until a prearranged time. It is a common practice in science and medicine … Journalists who cover technology and business also confront embargoes.

In theory, press embargoes give journalists time to report and write accurate articles on complex issues, although there’s no proof they accomplish this. They do, however, have a number of side effects. Journals announcing scientific breakthroughs get an enviable public relations blast when a dozen publications publish articles at the same time. In effect, reporters become accomplices in a highly coordinated marketing campaign. …

What happens if a publication breaks an embargo? It depends. If it’s inadvertent … the publication or publicist will merely lift the embargo and life goes on. If it’s more egregious, a journal may publicly shame the perp or the publication in an e-mail to the other journalists on the beat, and blacklist the reporter, which can cause migraines for anyone dependent on them.

Debajo es mi traducción de un extracto de su artículo; no es necesariamente fiel:

… se pasa la información a los reporteros con la comprensión que no pueden publicar nada sobre esa hasta el tiempo determinado. Es normal en la ciencia y la medicina … Los periodistas que cubren la tecnología y el comercio también confrontan los embargos.

En teoría, los embargos de prensa dan los periodistas el tiempo para informar y escribir artículos exactos sobre las cuestiones complejas, aunque no hay prueba que logren este. No obstante, un embargo sí tiene varios efectos secundarios. Los periódicos anuncian avances de ciencia y gozan una explosión de relaciones públicas envidiable cuando una docena de publicaciones publican artículos en el mismo tiempo. En efecto, los reporteros se quedan cómplices en una campaña de marketing muy coordinado. …

¿Qué ocurría si una publicación viole un embargo? Depende. Si es inadvertido … la publicación o publicista simplemente terminará el embargo y la vida continúa. Si es más egregio, una jornada puede publicamente avergonzar el autor o la publicación por correo electrónico a los otros periodistas en la ronda, y poner el reportero en la lista negra, que causaría quebraderos para alguien que dependa de él o ella.

(Lee el resto del artí­culo de Penenberg.)